Nuestros pies son nuestra base, nuestros cimientos, nuestro sostén, sobre ellos nos apoyamos y desde ellos nos alzamos. Entrar en contacto con ellos es entrar en contacto con la parte de nuestro cuerpo que refleja el movimiento. Cuando andamos ellos avanzan en primer lugar. Son nuestro medio de transporte. Sin movimiento no hay vida y los pies, como una extensión del centro del movimiento del cuerpo, expresan esta función primaria del universo. Sobre ellos encontramos el equilibrio. Desde ellos nos construimos. Desde ellos hacemos el camino. Ellos reflejan nuestra posición en el mundo, nuestro equilibrio interior. Ellos son nuestro vínculo con la tierra, nuestro canal de comunicación con la tierra, simbolizando el arraigo, el echar raíces. Son la puerta de entrada por donde recibimos la energía de la tierra y también una vía de descarga hacia la misma.
En los primeros años de vida nuestro contacto con ellos es de búsqueda, exploración, juego y placer. A medida que crecemos el vínculo con los pies va cambiando y suelen relacionarse con algo sucio, de mal olor, o desagradable. Por otro lado, al estar “abajo” se consideran “inferiores”, en contraposición a la cabeza, sobrevalorando socialmente lo intelectual del ser humano. Así nos olvidamos que un buen apoyo, una buena base, un apoyo con contacto amoroso, garantiza una mayor capacidad de realización personal, un mejor fluir y una mejor calidad de vida. Un mejor contacto con la tierra.
La reflexología podal es una terapia natural que estimula las terminaciones nerviosas y energéticas situadas en los pies. Esta terapia ha comprobado que en los pies se encuentra reflejado todo el organismo y que mediante su estímulo se puede promover y acompañar el reequilibrio energético de la persona. Es una forma de masaje de comprensión que se aplica sobre ambos pies estimulando zonas reflejas del cuerpo en el pie, poniendo en movimiento lo que está quieto, poniendo en movimiento la energía vital estancada para que el cuerpo pueda volver a encontrar su equilibrio dinámico.
Dentro de los beneficios de la reflexología encontramos que: facilita la liberación de la energía retenida, favorece la relajación y alivia el estrés, fortalece el sistema inmunológico, despierta al sanador que todos llevamos dentro, nos ofrece un mapa y un medio de reconciliación simbólica y física con los pies, con nuestro sostén, con nuestras bases, con el movimiento.
Se puede trabajar tanto como trabajo preventivo acompañando los procesos y vivencias de la persona como para tratar dolencias y malestares que permanecen en el cuerpo. En función de las necesidades y la búsqueda de la persona se organizan las sesiones y la regularidad de las mismas.
Fuentes
Curso Rémaca de Reflexología Podal
Reflexología Holística, Alicia López Blanco
Técnica Metamórfica. Principios y prácticas del masaje metamórfico, Gastón Saint Pierre y Debbie Shapiro
Reflexología
Es una técnica natural preventiva que aspira a promover el restablecimiento del equilibrio energético del organismo.
Sabiendo que sólo cuando el cuerpo y la mente se encuentran en equilibrio se muestra buena salud y adecuadas defensas frente a la enfermedad. Para que el cuerpo tenga buena salud cada una de sus partes debe trabajar solidariamente con las otras. A través de la estimulación de las distintas zonas reflejas de los pies, la reflexología ayuda al cuerpo a hallar su propio equilibrio y contribuye a que el flujo de energía circule nuevamente a través de todo el ser. Es decir, acompaña un proceso de autorregulación u homeostasis, que significa proveerse de un estado de equilibrio dinámico.
Esta especialidad terapéutica se basa en tres principios fundamentales:
-Hay áreas en los pies y en las manos en las que está reflejado todo el organismo
-El estado en el que se encuentran estas áreas reflejas expresa el grado mayor o menor de desequilibrio en el que se encuentran los órganos o partes del cuerpo allí representados.
-El estímulo de estas áreas mediante técnicas manuales determinadas afecta a los órganos y partes del cuerpo que allí se reflejan y facilita su movilización en la búsqueda del equilibrio.
Esta técnica puede aplicarse a enfermedades o desequilibrios tanto agudos como crónicos. Mejora la circulación, las sobrecargas musculares, contracturas, molestias digestivas, dolores articulares, trastornos linfáticos, dolores de cabeza de distinto tipo y causas, resfriados, congestiones, colabora en la eliminación de toxinas e impurezas del organismo, revitaliza la energía, etc.

